Universidad de La Rioja
Hoy, 19 de marzo de 2024: 19.00 horas.
Salón de Actos del edificio Politécnico. Entrada libre.
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De vez en cuando, los paleontólogos se topan con algunos especímenes y escenas particularmente extraños.
Una araña abalanzándose sobre una avispa parásita, en una escena antigua conservada en ámbar. Imagen: OSU College of Science. |
Los fósiles convencionales, con sus especímenes en forma de panqueque apenas perfilados, pueden enseñarnos mucho sobre el pasado, pero carecen de cierto dinamismo. Los fósiles de ámbar, Por otro lado, están llenos de todo tipo de entusiasmo y exhiben características que todavía parecen frescas a pesar de tener millones de años. Y debido a que muchas criaturas se conservaron en ámbar al quedar atrapadas inadvertidamente en la resina de los árboles, sus comportamientos y situaciones finales a menudo se muestran en su totalidad. Estos son algunos de los fósiles de ámbar más inusuales descubiertos a lo largo de los años.
Los peces de la familia Lepisosteidae han sufrido tan solo 0,00009 mutaciones por cada millón de años
Foto: Solomon David. |
Punto muerto. Un nuevo estudio ha revelado alguno de los secretos de los peces de la familia Lepisosteidae. Unos secretos que han llevado a estos peces a un “punto muerto” evolutivo, convirtiéndose en los vertebrados con mandíbula con una evolución molecular más lenta.
Hasta ahora el término “fósil viviente” se aplicaba a aquellas especies que se habían mantenido sin cambios durante decenas o cientos de millones de años. Gracias a este estudio por fin tenemos una noción de lo que ocurre con la genética de estos animales.
Tal y como explica en una nota de prensa Thomas Near, coautor del estudio: “fundamentalmente, esta es la primera instancia donde la ciencia muestra que un linaje, a través de un aspecto intrínseco de su biología, cumple con el criterio para ser un fósil viviente”.
1.100 exones. Los resoponsables del estudio compilaron información sobre secuencias de más de 1.100 exones de un total de 478 especies. Los exones son fragmentos codificantes del ADN. A partir de ahí crearon un árbol genealógico evolutivo, a partir del cual pudieron estudiar la velocidad a la que estos exones cambiaban.
Lo que observaron fue una gran variabilidad en la velocidad a la que sucedían estos cambios entre especies tradicionalmente consideradas como fósiles vivientes. Por ejemplo celacanto, elefantes, o tiburones presentaban 0,0005 mutaciones por cada millón de años (o una mutación cada 2.000 millones de años).
Aunque esta velocidad es mucho mayor que la media en sus respectivos clases, sigue siendo un ritmo considerablemente mayor que el de los peces de la familia Lepisosteidae. Estos peces mutan a un ritmo de 0,00009 mutaciones por millón de años, menos de una mutación cada 11.000 millones de años. Los detalles del trabajo fueron publicados en un artículo en la revista Evolution.
Reparando el ADN. En el caso de estos peces la clave estaría, creen los responsables del estudio, en la alta capacidad de su ADN para repararse. Según esta hipótesis, la habilidad de estos peces para corregir mutaciones somáticas y germinales sería “más eficiente” que la de otras especies.
Los autores del estudio destacan la importancia de saber más sobre este mecanismo de reparación. Replicar esta capacidad de reparación puede ser de gran ayuda a la hora de luchar contra el cáncer, al tener algunos su origen en mutaciones somáticas de nuestro ADN.
Hibridando. La longevidad taxonómica de estos animales tiene algunas implicaciones curiosas, como una sorprendente capacidad para producir híbridos viables y fértiles entre especies separadas cientos de millones de años atrás. Los últimos ancestros comunes de estos peces vivieron en la era de los dinosaurios.
En escala temporal, explican los autores, esto sería como si un chimpancé fuera capaz de generar híbridos viables y fértiles con un canguro. La mayor velocidad a la que han evolucionado estas dos especies, sin embargo impide esto. En el caso de estos peces, las diferencias son insuficientes como para impedirlo.
Aragosaurus participa en el estudio de Hesperonyx martinhotomasorum, un pequeño ornitópodo que vivió en Portugal hace 150 millones de años.
Reconstrucción de Hesperonyx martinhotomasorum por Victor Carvalho CC BY 4.0 |
Este animal era un dinosaurio herbívoro relativamente pequeño y bípedo que vagaba vivía en Portugal hace 150 millones de años. Los fósiles fueron recuperados en el territorio del Geoparque Oeste, un nuevo geoparque aprobado recientemente para la costa Jurásica Portuguesa.
Durante una de las excavaciones que tuvieron lugar en el verano de 2021, un grupo de paleontólogos de la NOVA School of Science and Technology, en colaboración con el Museo de Lourinhã, prospectaron un afloramiento en la playa de la Praia de Porto Dinheiro. En esta idílica playa portuguesa de acantilados y olas de surf aflora parte de la Formación de Lourinhã, donde se han descubierto gran cantidad de especies de dinosaurios que datan aproximadamente de hace 150 millones de años. Ese día, los investigadores recuperaron un ejemplar espectacular: un pie de dinosaurio casi completo. El espécimen fue preparado en el laboratorio del Museo de Lourinhã, y al principio, su anatomía desconcertó a los científicos. "Simplemente no coincidía con nada que hayamos visto antes", dijo Lucrezia Ferrari, la estudiante que preparó el espécimen y coautora del estudio. "Era algo familiar, pero tenía varias características inusuales", continuó Filippo Maria Rotatori, el líder del estudio publicado. "Era una especie de dinosaurio herbívoro bípedo, pero desconocida para la ciencia". Después de la primera descripción, Filippo comenzó un viaje por Europa y Estados Unidos para estudiar animales similares para poder entender mejor el espécimen portugués, y al final la respuesta fue clara: "es una nueva especie. Una más en el diverso ecosistema del Jurásico portugués", concluyó Filippo.
Filippo María Rotatori y los preparadores Micael Martinho y Carla Tomás junto a los restos de Hesperonyx martinhotomasorum. |
El estudio, además de NOVA y el Museo de Lourinhã, se benefició de la ayuda y experiencia de la Sociedad de Historia Natural de Torres Vedras (SHN). Bruno Camilo, el jefe de SHN, dijo: "Siempre es un placer apoyar la investigación que valora nuestro extraordinario patrimonio geológico". El hallazgo de Hesperonyx es una sorpresa, y sugiere que el ecosistema de la Formación de Lourinhã todavía tiene muchas sorpresas que ofrecer, y que apenas estamos abriendo la ventana de un "Mundo Jurásico" muy complejo. Miguel Moreno-Azanza, de la Universidad de Zaragoza y director de tesis de Filippo, señaló: "Este es un descubrimiento maravilloso, y también un gran ejemplo de cómo las colaboraciones científicas en Paleontología pueden ayudar a alcanzar grandes resultados. Esta investigación involucró a universidades bien establecidas (Universidad NOVA, Universidad de Zaragoza y Universidad de Bonn), pero también a museos y asociaciones locales (Museo de Lourinhã, Sociedad de Historia Natural de Torres Vedras)". La buena sinergia entre estas entidades fue fundamental para descubrir una nueva especie para la ciencia.
Este descubrimiento se suma al ya muy rico patrimonio geológico y paleontológico del Geoparque Oeste, reforzando el estatus de Lourinhã como 'Capital de los Dinosaurios' y un verdadero tesoro natural de Portugal. El espécimen puede ser visitado en el Museo de Lourinhã.
La referencia completa es:
Rotatori FM, Ferrari L, Sequero C, Camilo B, Mateus O, Moreno-Azanza M. An unexpected early diverging iguanodontian dinosaur (Ornithischia, Ornithopoda) from the Upper Jurassic of Portugal. Journal of Vertebrate Paleontology. https://doi.org/10.1080/02724634.2024.2310066
Investigadores del CONICET hallaron en Neuquén el fósil en excelente estado de conservación que les permitió estudiar aspectos paleobiológicos de los saurópodos. El trabajo fue publicado en la revista Acta Palaeontologica Polonica.
Los rebbachisáuridos habrían medido unos 12 metros de longitud y pesado aproximadamente unos 10 mil kilogramos. Foto: Gentileza investigador. |
"El fósil ha sido descubierto en el año 2020 por personal de la empresa Pampa Energía, en rocas pertenecientes a la Formación Candeleros, cuya antigüedad data de unos 100 millones de años, ubicado en el yacimiento de Sierra Chata, Añelo, provincia de Neuquén. El hallazgo puntualmente consistió en una vértebra caudal anterior, es decir, del elemento vertebral de la cola más próximo a la cadera del animal. Una vez que se llevó a cabo las tareas de rescate, el ejemplar fue trasladado a las instalaciones del laboratorio del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional del Comahue donde se realizó la limpieza mecánica, luego se transportó la pieza al Museo del Desierto Patagónico de Añelo y se incorporó a la colección de paleontología de vertebrados de la localidad", indica Guillermo Windholz, científico del CONICET en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN).
Aunque los rebbachisáuridos han sido muy abundantes y diversos durante el Cretácico, sus vértebras caudales suelen presentar un mal estado de preservación en el registro fósil, por lo tanto, este nuevo descubrimiento permitió a los científicos conocer con mayor grado de detalle la anatomía ósea de la cola de estos animales, especialmente su compleja arquitectura laminar. Al mismo tiempo, el estudio incluyó la primera investigación a nivel mundial de una vértebra caudal de este grupo a través de imágenes procesadas por medio de un tomógrafo que posibilitó examinar su anatomía interna.
"Este procedimiento nos permitió recabar información precisa sobre los miembros de esta familia de dinosaurios cuyas colas habrían estado neumatizadas, esto quiere decir, con cámaras de aire en el interior de los huesos. Como ocurre en las aves actuales, la neumaticidad significa que el interior de los huesos está invadido por divertículos provenientes de los sacos aéreos del sistema respiratorio. Esto ha sido una característica que ya estaba presente en ciertos grupos de dinosaurios y reptiles voladores. En las aves esta característica estaría relacionada con la eficiencia en el vuelo. Sin embargo, en los saurópodos, la función de estas estructuras habría sido colaborar en la disminución del peso del esqueleto, proporcionando una de las principales ventajas energéticas relacionadas al gigantismo", comenta Windholz.
La investigación mostró que el grado de invasión de cámaras internas en la vértebra estudiada era importante, ya que el elemento presentaba amplias cámaras comunicadas entre sí, y a su vez conectadas con el exterior por medio de pequeños orificios denominados forámenes. Estos son agujeros que comunican el interior de los huesos con el exterior. Hay dos tipos, los que permiten el paso de venas y arterias, denominados forámenes vasculares, y el paso de proyecciones del sistema respiratorio, conocidos como forámenes neumáticos. Con la ayuda de las tomografías computadas los investigadores pudieron inferir que los forámenes presentes en la vértebra eran efectivamente de tipo neumáticos.
La importancia del estudio
La implementación de nuevas tecnologías, en este caso, el uso de tomografías computadas ha permitido dar un paso importante en el conocimiento científico, tal es así que el estudio realizado a través de este sistema ayudó a los profesionales a incursionar en aspectos paleobiológicos del ejemplar estudiado.
"Considerando las recientes estimaciones indicaron que los rebbachisáuridos habrían medido unos 12 metros de longitud y pesado aproximadamente unos 10 mil kilogramos. Aparentemente la gran cantidad de aire contenido en los huesos podría haber alivianado sus cuerpos y en consecuencia habrían podido moverse con mayor facilidad a la esperada a simple vista. Dicha característica estuvo presente no solo en las vértebras del cuello y lomo, sino también en algunos casos habrían alcanzado las vértebras de la cola, como lo muestra el ejemplar estudiado", concluye el investigador.
Referencia bibliográfica
Guillermo J. Windholz, Juan D. Porfiri, Domenica Dos Santos, Flavio Bellardini, and Mathew J. Wedel Acta Palaeontologica Polonica 69 (1), 2024: 39-47 doi:10.4202/app.01104.2023
Por Nahuel Aldir - Área de Comunicación del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN)
Trachelosaurus fischeri es el primer fósil de este grupo de reptiles encontrado fuera de China
Imagen parcial del fósil de Trachelosaurus fischeri, que muestra vértebras de su cuello. SPIEKMAN ET AL.SWISS JOURNAL OF PALEONTOLOGY |
Un equipo internacional de paleontólogos publicaron los resultados de esta investigación sobre el fósil de 247 millones de años de Sajonia-Anhalt, Alemania, en la 'Revista Suiza de Paleontología'.
Trachelosaurus fischeri ya fue descubierto en el siglo XIX en capas de Buntsandstein (Triásico Medio) en Bernburg an der Saale, Alemania, y posteriormente se añadió a la colección de la Universidad Martín Lutero de Halle-Wittenberg. El ejemplar se encuentra actualmente en préstamo en el Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart, donde fue examinado nuevamente por especialistas.
Con un cuello de medio metro, Trachelosaurus fischeri se describió por primera vez en una publicación de 1918, pero persistió la controversia sobre qué tipo de reptil representaba realmente este fósil. Esto se debe a que Trachelosaurus fischeri tiene una anatomía única, que incluye un número inusualmente grande de vértebras, y a la relativamente mala conservación del fósil: el esqueleto está incompleto y sus restos están esparcidos por toda la roca en la que se conservó.
"A través de la investigación sobre los fósiles chinos del reptil marino de cuello largo Dinocephalosaurus, que publiqué con mis colegas hace apenas unas semanas, pudimos resolver el misterio del Trachelosaurus fischeri. La anatomía nos muestra que está estrechamente relacionado con el Dinocephalosaurus.
"Trachelosaurus fischeri es el primer fósil de este grupo de reptiles encontrado fuera de China. También es el reptil marino de cuello largo más antiguo conocido hasta la fecha", afirma el Dr. Stephan Spiekman, experto en este grupo de animales en el Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart.
Después de la gran extinción masiva en el límite Pérmico-Triásico hace 252 millones de años, hubo una diversificación muy rápida de nuevas especies de reptiles tanto en la tierra como en el agua al comienzo del período Triásico. Entre ellos se encontraban los primeros reptiles marinos de cuello largo. Cómo tuvieron lugar estos complejos desarrollos biológicos evolutivos es un tema importante de investigación.
Los científicos sospechan que Trachelosaurus fischeri fue arrastrado a aguas poco profundas hace 247 millones de años, ya que en la roca en la que se conserva el fósil también se conservan huellas de animales terrestres.
Para los investigadores, el hallazgo y su reevaluación son un paso más hacia una mejor comprensión de los ecosistemas marinos de principios del Triásico. La historia del fósil muestra la importancia de las colecciones de los museos históricos y de las universidades para la investigación de la historia natural, subrayan los autores del estudio.
Los nuevos descubrimientos procedentes de distintas partes del mundo permiten a los científicos reinterpretar periódicamente lo que ya se descubrió hace muchos años, a veces incluso siglos, y que se conserva cuidadosamente en los museos.